“The Terminator”: la fórmula de la historia cifrada

慢性的なパラドックス
3 min readJun 27, 2024

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Año 2029. Lás máquinas gobernadas por inteligencia artificial están en guerra contra los humanos, a punto de la extinción, liderados por John Connor. Panorama de muerte y desolación. Cráneos humanos en el suelo, vestigios de edificios bombardeados, no hay estructuras edilicias, todo es polvo, explosión, disparos y horror: tanques andando por las calles, rayos láser y aviones de combate.

Año 1984. Un ciborg (robot formado con tejidos humanos) del 2029 es enviado al pasado para asesinar a Sarah Connor, y, de este modo, evitar el nacimiento del líder revolucionario John Connor. Kyle Reese, un humano de la Resistencia, viaja también a 1984 para salvarle la vida a Sarah.

Año 2029 en “The Terminator”.

Dos líneas de tiempo. Parafraseando la “Tesis sobre el Cuento” (Ricardo Piglia), podríamos clasificar la de 1984 como la “Historia 1”, la historia visible, y la de 2029 como “Historia 2”, la historia oculta.

Una de las razones por las que The Terminator gusta tanto es porque se trata de una historia de ciencia ficción (Historia 2) visualizada casi totalmente en un escenario cotidiano y presente para el grueso del público (Historia 1), con tintes muy claros de acción y terror.

Uno se reconoce con ese presente: los callejones de Los Ángeles, las habitaciones con humedad, el trabajo de camarera de Sarah, las guias telefónicas, un boliche llamado Tech-Noir (con la oscuridad ciberpunk del término).

Podría ser una película sobre el fin del mundo, pero, sin embargo, focaliza en otro aspecto que la hace más interesante para el espectador promedio: un cyborg asesino e insensible busca asesinar a una tipa común, a una laburante. Y lo que sigue es movimiento puro, una cosa atrás de otra, persecución, éxtasis, no hay lugar seguro, el no-lugar es lo seguro, el desplazamiento constante. Casi como los personajes de “Elm Street”, que no pueden dormirse: algo inevitable porque saben que Freddy, tarde o temprano, los encontrará.

Piglia describe el arte del cuento en Hemingway: nunca se cuenta lo más importante. En The Killers, dos sicarios entran a un bar para buscar a un boxeador y acosan a los clientes y empleados (Historia 1), pero nadie sabe por qué buscan al boxeador, qué sucedió ahí (Historia 2). En el film de Cameron no está 100% oculta, pero la Historia 2 (Ciencia ficción, distopía, apocalipsis) está cifrada en los intersticios de la Historia 1: un cyborg que viaja al pasado, totalmente desnudo, y tiene que arreglárselas con los elementos de 1984. Empatizás con los protagonistas porque hay una Historia 1. Y no abusa de la Historia 2: te la imaginás todo el tiempo, te interpela y te incomoda como los grandes clásicos distópicos (1984 de Orwell, Fahrenheit 451 de Bradbury).

The Terminator cifra lo imprescindible y lo fundamental hasta su máxima expresión en medio de una historia más superficial. Visceral, oscura y con un nexo entre dos tiempos, nos cuenta que quizás a la humanidad le depare un futuro terrible, resultado de sus propias acciones.

El tema es: ¿podremos confrontarlo?

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